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Selección del libro inédito
NO HABÍA BUITRES EN BOSTON
Premio Internacional de Poesía Paralelo Cero | 2022
PALABRAS DE LOS JURADOS
En el texto se puede encontrar una voz que rompe la tradición sin salir de ella. El yo poético de No había buitres en Boston se teje a partir de pinceladas donde surgen personajes de la literatura, referencias históricas y etapas de la vida que se hilvanan en imágenes, creando una composición en la que resalta una pluralidad con la que el lector se puede identificar desde el comienzo. Hay un trabajo de transtextualidad muy marcado que define dos espacios poéticos en la obra: la mirada sobre los libros y sobre la infancia.
Ana Estrella | Ángeles Martínez y Freddy Peñafiel (Ecuador)
Luz Mary Giraldo (Colombia) | Frances Simán (Honduras)
2
Escribes para dejar el cigarro, para rastrear a los amigos purificados por el fuego en los manuscritos que quieres olvidar, para buscar a un enemigo como Max Brod.
Escribes para que las palabras se olviden del sol, para encontrar la palabra precisa que alivie al alfabeto de sus quemaduras.
Escribes y ves que las palabras se amontonan y se ponen en posición fetal para intentar protegerse. Otras señalan huesos en el piso de la habitación cuya ventana se asoma a un nuevo mundo, a una parte inexplorada de la casa podrida de tu alma.
Escribes sin conocer la receta ni el lenguaje de la ceniza porque te agrada ver como las palabras devoran las palabras.
Escribes porque tu cuerpo es un río y el río es un cauce del viento, y el viento la corteza que estremece la tarde y la tarde un escalpelo:
Y en la sutura la infección, y en la infección el tiempo, y en el tiempo la ruindad que somos, y solo la ruindad es rastreada por la Bestia, y la Bestia es la escritura, el más precario don con el que te destrozas a ti mismo.
Escribes porque crees en la sutura y eso a estas alturas de la noche es lo único que importa.
3
Donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia.
Romanos 5:20
El guardián más antiguo ha comenzado a cavar en sus horas de descanso en la parte más profunda del Asilo; mucho más allá de las mazmorras y de las celdas en las que el silencio tortura al parricida y los enfermeros abusan de las locas; incluso más allá de las catacumbas en las que los huesos de los locos traducen para los ángeles el aroma de las flores.
Construye una casa o delimita la tierra de su tumba -piensan algunos de los guardias-, sin embargo, el viejo mastín cava para enterrar a Beethoven; no el cuerpo de Beethoven, por supuesto, eso sería como enterrar las partituras del mundo. Quiere sepultar a Beethoven, su música, el envés de la divinidad. Quiere lograr que los muertos respiren.
(Con banda sonora de G. Morrison y D. McKean…)
CONTRA EMILIO SALGARI
Os saludo rompiendo la pluma
Emilio Salgari
En este país una emisora radial
transmite las 24 horas del día el llanto de una mujer
Es una forma antigua de nombrar la sangre entre las piedras
Una forma de susurrar la oración de las islas desiertas en el corazón de los hombres
y de coserle las alas a los buitres
y abrir las jaulas de sus cantos de piedra picoteando el silencio
tallando la sonámbula forma de su río
Los campesinos la sintonizan mientras duermen porque remienda las manos
y repara las grietas de la madera que respira en la superficie del sueño
En este país, una emisora radial
transmite las 24 horas del día el llanto de una mujer
Y la muerte y el poeta la sintonizan cada noche
porque alguien le tiene que ayudar a hacer el trabajo sucio
5
Los gemidos de Helena
resonando en la habitación
filtrándose por el pasillo
y descendiendo las escaleras de mármol
Y el vello púbico de Helena
Recién cortado
Iluminando la habitación como enjambre de luciérnagas
6
un grillo
antorcha del silencio
entona su oración a las luciérnagas
(escribo mi nombre en tu espalda
y veo a un niño muerto)
y las luciérnagas
rendijas en el sueño del abismo
nunca han dejado de luchar
para encontrar tu reino
7
Las letras de tu nombre
son el cauce de un río en la noche
Deletreo las letras con mi lengua
y pienso en esas piedras pronunciadas por la lluvia
en las orillas de un desierto
No debe sorprendernos
Su presencia en el poema
La noche escarba en tu cuerpo buscando una guarida
No salgas del poema
La muerte haría el olvido con mis huesos
* * *
NOTA BIOGRÁFICA
Nació en Tunja, Boyacá (1979). Doctor en Lenguaje y Cultura, Magister en Historia y Licenciado en Ciencias Sociales de la UPTC. Integrante del grupo literario Si mañana despierto. Uno de sus poemas fue ganador en el Concurso Nacional de Poesía Descanse en paz la guerra, organizado por la Casa de poesía Silva en el 2003. Ha publicado los libros Cuerpos en Braille (UPTC, Tunja, 2005), finalista en el Concurso del Externado; El hastío de las manos (Biblioteca pública municipal Zenón Solano Ricaurte de Duitama, 2010), libro con el cual fue finalista en el Concurso de poesía Ciudad de Bogotá; Bocetos para la Acontista (Culturama, Duitama, 2014), libro ganador de la convocatoria de creación de Culturama durante ese año; Zamuros (CEAB, Tunja, 2016), libro ganador en el Concurso de poesía del CEAB 2015.
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Las imágenes que acompañan los textos son obra del fotógrafo y artista plástico colombiano Constantino Castelblanco Quintana (Nuevo Colón, Boyacá, 1950), ejecutadas en técnica mixta durante diferentes periodos creativos. Sociólogo egresado de la Universidad Nacional. Desde 1981 reside en Villavicencio. Hace parte de la Corporación Entreletras y es miembro fundador de la Fundación para el Archivo Fotográfico de la Orinoquía. Con su lente Constantino Casteblanco ha inmortalizado la belleza e inmensidad del alma llanera, con más de 25 exposiciones individuales y colectivas, y la participación en libros y revistas. Su obra ha sido galardonada con diversos premios. En 1997 fue seleccionado por la FIAP para participar por Colombia en la novena Bienal de Naturaleza en Francia.