
CIRCULA AVANZA CIRCULA
Calles arriba viene el río rompiendo cementeras Atrapa casas, ganado, cultivos, hombres: Dios ha desnudado las intenciones. La tierra se mece para seducir al humano dentro de su guarida El miedo por los abismos azules circula, avanza, circula Dentro de sonidos de horror y el desquite. La naturaleza sonríe. El hombre y la tierra han desgastado la paciencia de los elementos Cada vez que la luz de abajo precede a la de arriba Mientras circula, avanza, circula. COMO EL CAMINANTE He regresado a ti Como el caminante a las márgenes azules del peligro Crecido el pecho como el mar de leva Ansioso de lamentos y alegrías que salpican el alma. He regresado desde el otro lado del sol Para contemplar la placidez oculta en las tardes del Río Grande Memoria exacta donde en las noches habita el frío Que muerde las entrañas del poeta Que aligera los vuelos placenteros De las palabras comprometidas con la nada. SORPRENDIDO POR EL ROCE DEL MILAGRO A lo largo de las fangosas aguas del río Se aproximan las grises sombras de la ceguera Escondidas entre grandes moles de arena y de cemento. El hombre prepara el sacrificio diario a la tierra prometida Entierra los rayos de sol para animar la comedia Goza entre el delirio de la posesión Así el hermano mienta, asesine Sorprendido por el roce repentino del milagro. Del libro Receta para Llamar el Amor
LA VIDA EN FÁBULA
Juega a la claridad. El mar juega a que no importa el invierno y la sequía, El mar se mueve en las lejanías, lo que parece imposible, El mar sabe llegar a todas las orillas, Pero el mar no puede esquivar a la luna y sus desaires. El lomo del mar brilla bajo el imperio del sol, Todo es verde, A lo lejos azul, Piensa quitarse uno a uno los leños donados por corpulentos ríos. Antes solía guarecerse debajo de los armarios, Lo asustaron la borrasca y el desierto, Se movía creyendo que jugaba al fugitivo. Ha jugado el mar a cambiar de colores en la tarde, A que no importa la luna, A que el sol no duele; Pero continua abrasado por la sal Sin poder hacerse invisible porque siempre hay orillas Y se acaba su sabio vaivén Y se mecen los troncos en su lomo, Y se hace más fuerte la ida y el regreso Y cae atrapado en manos de dios. Del libro De cuerpo enteroNO INSTALES NOMEOLVIDES EN EL FONDO DE LA CASA
No instales Nomeolvides en el fondo de la casa Los vientos del desierto se acercan, A despertar a las hormigas con su aliento de matorral. Entre los escombros el deseo sube y se derrama, Como el río crecido azotado por la borrasca, En procura de la soledad del mar, para sembrar los silencios. No instales Nomeolvides en el fondo de la casa, El hombre ha incendiado con sus latidos las luces de la tarde; Para atropellar una y otra vez el canto del amor. Del libro En otra calleCAMINABA POR EL CENTRO DE LA CALLE
Esa mujer ansiosa del asfalto, del ladrillo, del cemento, A quien le importaban poco los latidos del reloj, Las enseñanzas de los viejos, Los ladridos de los perros, Y las imágenes que le brindaba una mañana rebosante de alegría, La música de cuerdas y la danza de la nube virginal. Esa mujer, por el centro de la calle, celular en mano, Soñaba con más datos, más aplicaciones; Con más tiempo para sumergirse en la web, Que genera las sombras de otro paraíso Donde no existe el hambre, el dolor y los compromisos. La alegría del carnaval le rodeaba la cintura Ella sonreía y volvía a una realidad que le estropeaba el sueño, Por la negligencia de la batería número 112455, vacía Y con la marca descontinuada, Sometida a la galaxia más perfecta que existe.
EN LA MADRUGADA EL AMOR SE ABRE COMO LA RISA DE LAS FLORES
En la madrugada el amor se abre como la risa de las flores Donde hacen nido los jóvenes de entrañas llenas.
Se escucha en la soledad de la hacienda una catarata de canciones de amor Que se estrellan lentas en el corazón de la hondonada. Arriba, en la casa, el fuego retuerce el carbón de piedra, Las mujeres temblorosas el amor advierten; Se desgranan luego susurros en la alcoba, Perdidos entre la oración y el sacrilegio. En la madrugada el amor se abre como la risa de las flores Para tentar a hombres y mujeres que en la profundidad de las cañadas Dicen hallar las claves para entrar al paraíso. Del libro IlusiónÁFRICA
Si escuchas el romance del sol y la tierra Si sientes el llamado del sol canicular Imagina que alguien, algo, avanza, feliz; Para desafiar las voces, las leyes del destino. Un concierto de tambores hace el reclamo, Comunica las querellas del hombre, Tendido sobre los altos y bajos del camino, Escucha los ecos dormidos en la bóveda, En la casa.
África avanza, llama, se endereza, Levanta la cerviz y no calla, Soberbia, Imparable. África sabe que si se acaban los ardores de la partida, Hay refugio seguro en los sonidos brasileros, En los sentidos que buscan siempre una explicación, Entre las luces de cada día.
Como la roca que emerge del océano Limpia, sublime, Imponente, Mostré la cara al sol que estrellaba sus fauces en el acantilado.
Sólo un chapuzón de confianza Y la tierra engulló la arena Se llevó el agua Silenció al viandante. En vano quise ser halcón Girar desde lo alto Irrespetar el vacío. Del libro FronterasCUANDO CORRE EL VIENTO DESCOCIENDO EL AIRE
Suda la frente del árbol desnudo en medio del bosque sediento Al lado el lago y su mirada suave, indeleble. Una nube de ramas retuerce los alientos Cuando corre el viento descociendo el aire Y los hombres soliviantados por la natura piden perdón: Calla la voz de la justicia. Cada fuente natural guarda las historias Donde las carreras y la alegría disimulan los amores Donde la barbarie sosegada disimula las afrentas.En el celaje del relámpago hallé el camino de la infancia un corredor apacible un patio súbito de encantos el escondite secreto de esos días cantados en la algarabía de la tarde
Infancia ungida con hierbas y asombros en el filo de la luz con una ronda de pocas voces
Sólo éramos tres anudando miedos en el reclamo del trueno en la desolación de los espejos en los baúles y su abandono Sólo éramos tres en medio de la tarde en el corazón de la noche* * *

Quibdó (Chocó), 5 de enero de 1948. Es poeta, novelista y cuentista. Licenciado en Filología y Topógrafo. Ha publicado los libros Lámparas de mi tierra (cuentos), 1983; Campeón de sueños (cuentos), 1984; Viaje a pie al Akasha (poemas), 1991; Crónica poética del Huila (compilación), 1998; Receta para llamar el amor (poemas), 2006; 7 y 45 (novela), 2007; Paisaje de Memoria – Antioquia (poemas); El toque del tiempo (poemas), 2009; Sambapalo (novela), 2011; Cuarto creciente (antología poética), 2010; Tiempo de gracia (novela), 2014; Ilusión (poemas), 2017.
Sus poemas fueron publicados en las antologías: Quién es quién en la poesía colombiana, 1995; Poetas de fin de siglo, 1999; 50 Poetas colombianos, 2010; Puentes de agua, 2017. Seleccionado en el Blog Poetas Colombianos, 2017; Antología Mundial de Poetas Siglo XXI, de Fernando Sabido, 2017. Hace parte del Estudio de Poetas Afrocolombianos, Universidad de Pensilvania 2010. Participante en los Encuentros Mundiales de Poesía de Santiago de Cuba, 1995 y 1996. Poeta invitado al 28th. Festival Internacional de Poesía de Medellín, 2018. Incluido en el Calendario Burdelianas Poetry 2021 | Un año de Arte y Poesía.
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Las imágenes que acompañan los poemas son del pintor estadounidense WINSLOW HOMER, obras del Art Institute Chicago, catalogadas como de Dominio Público | CC0
