Foto / ©Marcela Sánchez – MARA
MEMORIA
A mi madre
Bajo tanta lluvia de Dios te recuerdo camino de la aldea, llevando de la mano un niño asombrado, tu rostro sereno, tu sonrisa; mientras el río se inflama, ruge; crece arrastrando a su paso la tarde que se desploma entera, el viento, la montaña, la aldea toda. Memoria erguida en una garza.
PUENTE
Para alcanzar la otra orilla del sueño, es preciso tender un puente de metales y brebajes, sobre el vacío tembloroso de la noche, dispuesto a resistir el peso de las huellas, que pueda mantener el equilibrio de la memoria, capaz de esquivar la bruma de los abismos. Es necesario atizar el fuego, afilar los cuchillos, atrapar el grito con las manos desnudas. Para alcanzar la otra orilla del sueño, pesadilla del sol, es prudente tender un puente de hechizos y milagros, ignorar la llave, el hilo extraviado en el ojo de la aguja, aceptar en silencio el asombro y el arcano. Es ahora que despierta la vigilia.
NOCHE DEL CAMINO
Vestida de follaje
huyendo de lejanas intemperies
ha llegado hasta mi alcoba
para que la desnude
la abrace
la cubra de fuego
Noche del camino
Apretada a mi cuerpo cálido
ahora duerme
visita el paraíso
©Edilberto Sierra
ANTICUARIO
A Jorge Eliecer Pardo
El tiempo resbala, escapa
por entre los curtidos dedos del anticuario
Él precisa la edad de los objetos
tasa el polvo que cubre su existencia
Risa y llanto de lejanos dueños habitan este mueble
tenue luz de hogar se agita en esa lámpara
imagen de la niña que fue
en el espejo
El piano recorre, discurre
por notas de Chopin o de Beethoven
y la tienda se puebla de ausentes
Hay un lugar dispuesto para todos
en el comedor de cedro
donde cenaron los héroes
antes y después de las batallas
Hálito de vida en cada cosa
respiración, vaho, latido
desfile de siluetas invisibles
siglos que observan en la sombra
Un concierto de voces y murmullos
asalta cada noche la tienda del anticuario
Él precisa la edad de los objetos
mide la herrumbre que calla su silencio
Allí los estribos con aire de galope
los floreros de Eros o Thanatos
la máquina en que el poeta escribiera
nocturnos memorables
los jarrones de plata, los pebeteros
los candelabros
la silla de Van Gogh
que contiene el mundo
El tiempo resbala, escapa
Candil que alumbra los rincones de la infancia
¿dónde el baúl en que Abuela
atesoró sus más íntimos
recuerdos?
ARCANO
Dueños del cuchillo y de la herida, llevamos un crimen en la traición, en la voz apagada. En el juego de la vida, cada cual guarda su as, su comodín. Arcano del silencio, ave nocturna, guardián de lo indecible.
©Edilberto Sierra
ALBEDRÍO
A Andrés Matías
De los escombros elige el que te guste
Hay azules, cielo despejado
para aquellos que sueñan paraísos
donde la luz no alcanza
Hay verdes, como el vientre del bosque
colmados de hojas y de alas
Los hay rojos como la espina
la gota de polvo o de fuego
en cada verso, en todo vino
De los escombros elige el que te guste
Hay variedad de grises olor a bruma
El negro escondido en algún lugar de la tiniebla
El blanco páramo
El que inventa el calor de la canícula
Puedes llevar los colores del sol y de la flor
acaso el lila, el magenta, el rosa
Puedes llevar los colores de la luna y la semilla
los oscuros colores de la tierra
Puedes llevar el amarillo dorado
como el alba o la tarde
como fruto maduro
como ese viento que danza en los trigales
De los escombros elige el que te guste
Sólo tú sabes el color de tu miseria
FISURAS
Todo escombro tiene su precio. Vale lo que mide o pesa y es metal herrumbroso en horas de consumo, guerras, holocaustos. Sacrificio en tierra ajena, exilio del sueño que atesora, cofre de milagros, historia mancillada como virgen de clausura. Todo escombro tiene su precio. Ruina o esplendor en los matices del blanco, acaso ilumine este camino que bordea las fisuras de la noche.
DE NUEVO
Por la escalera del deseo,
del séptimo al primer piso.
No hay daño, sólo contusión de fuego.
Ningún reproche.
Nada reclaman las esquinas,
la luz, las lámparas, los muros
que advierten las palabras.
Nada dicen la escalera, el deseo
ni el recién lavado primer piso.
Ayer la conciencia destrozada,
dolor de filo, altar de miedo,
ensimismadas siluetas en la noche.
De nuevo la caída.
Por la escalera de la culpa siete pisos,
buscando la inocencia.
©Edilberto Sierra
El viento no borra la huella
cada paso acude al reencuentro
Caminos sin rumbo en siglos de color
altares simulados al hilo de la llama
Afuera el cielo no responde
en rituales de espacio
y de tiempo se diluye
Lágrimas de luz en batallas de ausencia
hebras de piel como signo
adheridas al origen
Afuera el paraíso no responde
habita entre dos voces
verdad o ilusión
El viento no borra la huella
cubre de polvo
la mirada
PROLONGADO RESBALAR
ES LA CAÍDA
nada es súbito
ni caer ni ascender
ascender es comprensión
forma de estar en el vacío
tentación de ser abajo
felicidad no es equilibrio
¿quién niega acaso
la paz de resbalar
el riesgo amoroso de caer
la tentación de no ser
la dicha del vértigo
la alegría de no estar?
¿quién dijo
que el poema
se escribe
arriba?
©Edilberto Sierra
SI REVELACIÓN O DELIRIO
si la palabra es forma
del silencio contenido
si tiempo y espacio
son la misma ilusión
si la noche proclama
tentación o certeza
si resbalar germina
la flor del precipicio
si el caer es retorno
como inicio el vacío
si revelación o delirio
CREER
NO ES DEL TODO CIERTO
crecer
en la sola creencia
dificulta el ascenso
creemos
tantas cosas pesadas
que la escalera
se rompe
y la caída es propicia
creer
es a veces falso
la verdad precisa
crecer
en la inocencia
* * *
NOTA BIOGRÁFICA
Armero-Guayabal, Tolima, Colombia, 1954. Poeta y ensayista. Abogado de la Universidad Libre. Premio Dámaso Alonso, Academia Hispanoamericana de Buenas Letras, Madrid 2017. Es representante en Colombia de la Unión Mundial de Poetas. Fue dirigente por varios años de una organización profesional del sector financiero. Autor de los libros de poesía: Pájaro azul, 1994; La noche del árbol, 1998; Ciega luz, 2004; Sombra embestida, 2007; En la curva del río, Antología, 2009; Tríptico de la luz, Antología personal, 2010; El tiempo que nos resta, 2014; Restauración del fuego 2016; Flor de precipicio, 2019. Incluido, entre otras, en las antologías Poetas Siglo XXI de Prometeo Madrid, 2007; Antología universal de Poesía Siglo Veintiuno de Fernando Sabido de España, 2008; Poesía colombiana Editorial el Perro y la rana de Venezuela, 2008; Revista Letralia de Venezuela, 2009; Poesía colombiana 1931-2011 de Fabio Jurado Valencia, 2011; Poetas colombianos siglo XXI Antología bilingüe (español-francés) de Myriam Montoya, París 2018; Los sueños se aman, Casa del Poeta peruano, Lima 2018; Entra – Mar, Sakura Ediciones, 2018, Su obra ha sido parcialmente traducida al francés, inglés y portugués. Respira y escribe en Bogotá.
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Las imágenes que acompañan a los poemas son del artista plástico colombiano Edilberto Sierra (Bogotá 1956). Maestro en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia. Ha expuesto en España, Francia, Italia, Alemania, Bélgica, México, Cuba, Puerto Rico, y Brasil. Profesor de Artes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
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3 Comments
José Francisco Tovar Macías
No conocía está publicación .Ha sido luz para una palabra engarzada en el tiempo de las sombras
Los felicito
ALONSO QUINTÍN
OTRA ORILLA DEL SUEÑO, es un poemario surgido de la honestidad del poeta en un ritual de esencias, imágenes convocadas desde la sinceridad y la elocuencia, que evoca lo eterno en cada trazo, a manera de silabario de emociones. Cada acento convoca, el misterio de la vida, cada imagen, centellea sobre los mármoles de la imaginación, sobre un estuario de frágiles emblemas. Dice el poeta «»Si la palabra es forma // del silencio contenido», ¿Qué hay más allá de lo aparente? ¿Una rebelión de dioses falsos? Esa es la tarea del lector que el poeta deja para la posteridad. Esa su consigna y su libertad. Su angustia y su papsión. Felicitaciones poeta HERNANDO GUERRA TOVAR. Colombia tiene un gran poeta.
Ruth Branschat
¡Ay admirado poeta! l
Leer su poesía, que yo igualo con la expresión el alma, es adentrarse en la profundidad de cada signo, de cada palabra. Es mirar la existencia desde otra perspectiva y darle forma a los sentimientos, que van tejiendo los hilos de la existencia.
¡Es un derroche de felicidad, pasearse por su bello mundo poético!